martes, 25 de marzo de 2008

Bernabé (y5)

Al día nos enfrentamos con unas 20.000 situaciones. Situaciones que nos pueden cambiar la vida (alegrar o amargar el día).Ver a una niña sonriendo es un flash, uno de los muchos flashes, si nos alegramos por lo bien que les vá a los demás seremos felices porque a ellos les vá bien. Si somos felices a nosotros nos irá bien, y al final bien para todos. Lo que pasa en nuestras vidas es, sin embargo, todo lo contrario. Normalmente somos envidiosos, rencorosos, malas personas, y nos molesta (nos dá envidia) que al vecino le vaya mejor que a nosotros. Y nos amargamos a nosotros mismos.
No sólo es el caso de que otro te amargue a ti, muchas personas se amargan a sí mismas. Y si uno (la secretaria) puede recriminarle al jefe, con educación, por ejemplo, que él (el jefe) no tiene por qué meterse con su forma de vestir (que ella está allí para trabajar no para que se metan con su estilo de vestir –siempre que vaya limpia, bien vestida, de acuerdo a las normas que pueda regir la empresa-). Ya dijimos que son frustraciones del jefe (una persona frustrada) que las paga con sus subordinados (vaciándoles, como hacían los vietnamitas con los prisioneros –mobbing-) Si nos es posible superar esas situaciones, más fácil es sobrellevar los conflictos internos que nos creamos a nosotros mismos.
Hay mil cosas positivas a nuestro alrededor cada día, pero hay quien sólo vé lo negativo. Y eso es una forma de amargarse la vida (por eso Tierno dijo que nosotros somos en gran medida médicos de nosotros mismos y nos podemos autoayudar). No sé, qué sol más bonito hace hoy, cómo cantan los pájaros… Tengo mujer e hijos. O tengo un trabajo. O no tengo nada de eso pero estoy sano. No sé, son cosas positivas. No las pongamos un pero (“qué día tan bonito de sol hace hoy y yo aquí trabajando”…) Muchas veces eres tú el que a ti te amargas la vida y hay gente que va por ahí siempre amargándose la vida y transmiten lo negativo a cuantos les rodean.
“Está demostrado que la gente positiva, optimista, segrega más células T4, que son las que nos protegen (por ejemplo de un resfriado)” dijo Bernabé Tierno. Se confirmaría así lo del rendimiento laboral, el que sale más rentable para un empresario contratar a gente a la que le guste la tarea que va a desempeñar en la misma (hay quien se sentirá feliz de conserje y hay quien limpiando, y hay quien aspirará a ser ejecutivo). Hay personal de la limpieza y conserjes que son felices con su trabajo y hay jefes que son infelices con el suyo. No depende el sueldo, hay veces que uno –el jefe- gana mucho más que su subordinado y sin embargo es una persona insatisfecha, infeliz, porque quizás no le gustaba ese empleo y lo que quería era ser artista o pintar cuadros o hacer maquetas o vender coches.
“El optimista es más realista (no pide imposibles, acepta la realidad como viene)”
“La gente más feliz es aquella que se alegra de los éxitos de los demás, porque los vé como suyos propios”
Somos seres limitados, y no podemos hacer frente a muchas cosas como vienen, no podemos cambiar la realidad y hay cosas que se nos escapan a nuestro conrol. Pero sí podemos aceptar las cosas como vienen.
Bernabé terminó su exposición (luego hubo otros actos tras la conferencia, un test, un baile y preguntas), dando una serie de consejos que aquí hoy exponemos:
1º.-Que no vacíen tu vaso de optimismo vital. Recuerda siempre lo positivo y de los demás. Y no seas tú el que vacíes la copa del optimismo vital del otro.
2º.-Sólo destacando lo positivo del otro le harás bien
3º.-Cultiva la amistad
4º.-Haz regalos sorpresa (personalizados, aunque no tienen por qué ser valiosos; es decir, caros.) Una tarjetita de esas que venden el librerías recordando lo majo que es tu pareja, etc.
Intenta que se cumpla esta máxima: que cada persona que se acerque a ti se lleve algo bueno o lo mejor de ti.
Habla bien de los demás, y preocúpate de disfrutar la vida. La vida no tiene una meta como nos hacen ver y nos educan. La felicidad no está por tener un sueldazo, un empleo de la ostia, un cochazo, una super casa… La felicidad está en aquellas pequeñas cosas de la vida que nos pasan cada día y que muchos dejamos pasar desapercibidas. Una sonrisa de alguien, un canto de un pájaro, un delicioso café, un bocata bajo un árbol del parque, un abrazo, un saludo, un beso… cosas insignificantes pero que significan mucho y a las que muchas veces no damos valor.
Yo (quien redacta esto) hoy soy feliz esperando que mucha gente haya leído esto (que voy a subir a Internet al blog de este periódico para que esté al alcance de todo el mundo, el que me compre y el que no) con la idea de ayudar, de hacer felices a los demás. Es una pena no me pudiese quedar a terminar la conferencia, pues tuve que hacer un favor a una amiga que me pidió una foto del conferenciante (me hizo feliz hacer ese favor también). Pero creo que lo más importante de la conferencia está aquí condensado.
“Tenemos que cambiar a saber llenar la copa de la vida de los demás”. “Cuando alguien se dedica a criticar esa crítica destruye a quien la formula” y al contrario, si yo soy positivo eso también me beneficia a mí. Eso lo dijo Tierno, y ahora la pregunta tonta ¿Si nos hace bien a nosotros mismos ayudar, hacer bien, sonreir a los demás, por qué muchos se siguen dedicando a hacer el mal, a odiar, a destruir a los demás, a hacer mal?

Ser féliz es fácil
Una sonrisa, un elogio, un abrazo, un piropo, una alabanza… pública, te llenan de reconocimiento, te hacen feliz. El problema es que “hemos crecido en culturas negativas” reconoció el psicólogo Bernabé Tierno.“Pero qué viejo estás, chico” “Cada día te veo peor” “¡Qué ojeras!” “¿No estarás enfermo?” Si una mujer dice eso cada día a su marido puede que al final el marido se lo crea y acabe enfermando.
Bernabé recordó a los niños en el colegio cómo se reían de él por su nombre “Bernabé” hacían balando como las ovejas ¡Cuantos de niños hemos sufrido humillaciones así! Luego él descubrió de donde viene su nombre y lo que significa y se sintió orgulloso de su nombre y de lo que hace. Un buen principio para ser feliz. ¿Haces tú lo mismo? ¿Haces lo que te gusta? ¿Valoras lo que haces? ¿Te valoran los demás?
La vida puede ser un árbol. Si el árbol de la vida lo llenamos de mentira, culpa, ansiedad, violencia, malos sentimientos, malos pensamientos… nuestra vida será un árbol seco. Si por el contrario lo llenamos de buen humor, comprensión, confianza, alegría, amabilidad, nuestra vida será un hermoso y verde árbol. En buena parte está en ti qué tipo de persona quieres ser.


VIVE Y DISFRUTA de la vida
Habla bien de los demás
“La gente más feliz es aquella que se alegra de los éxitos de los demás, porque los vé como suyos propios”
El optimista es más realista, no pide imposibles “El optimista es más realista (no pide imposibles, acepta la realidad como viene”


Alaba a los demás, llámalos por su nombre

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