viernes, 3 de noviembre de 2023

cartas al Director: Vacuna covid ¿qué contiene ese inyectable?


Pasa el tiempo. Más de dos años sufriendo esta tortura. La tortura del Covid-19. ¿Por qué ese nombre tan rimbombante para algo tan malo? Las coronas son algo propio para reyes, no para bichos que matan. Y esta cosa ¿a cuantos humanos ha eliminado de la faz de la Tierra?

Después de más de dos años aún nadie nos ha explicado con claridad el por qué de ese invento, ¿Alguien un día tuvo un sueño donde se vio cubierto de billetes de banco y quiso hacerlo realidad? Se metió en el cuarto oscuro de un fotógrafo, mezcló cuatro basuras, y consiguió un bicho inmundo que casi acaba con la humanidad.

En cualquier anuncio de medicamento en la tele se nos aconseja «lea las instrucciones de este medicamento y consulte a su médico»

Se fabricó un preparado, quizá también en el cuarto oscuro, y se aconsejó más bien se obligó, a toda la humanidad a inyectárselo intramuscularmente, como único remedio a la muerte segura que nos acechaba. Los muertos se acumulaban y los contagios invadían mis hospitales. «Hay que vacunar a todo el mundo. Únicamente quedan excluidas las mujeres embarazadas y las que están amamantando, las personas alérgicas… y poco más» dijo el señor Presidente del Gobierno en la televisión.

¿Qué contiene ese inyectable? Yo le mandé una carta directamente al Presidente y otra similar al Ministro de Sanidad. Ninguno de los dos ha tenido tiempo de contestarme. Pienso que quizá le llegarían miles o millones de cartas similares. Otros optaron por decir cosas públicamente y en vez de explicaciones se les trató de locos, de negacionistas, e incluso cosas peores.

¿Cuántos millones se ha gastado el Gobierno en las vacunas?

Hoy haría otra pregunta: ¿Cuántos millones ha recibido el Gobierno por los contagiados y los muertos bajo ese nombre de COVID? Da la sensación de que recibían un porcentaje por número de infectados. cada ayuntamiento, cada diputación, cada comunidad contaban los muertos y los contagiados a su aire. Acumulaban los de varios días y soltaban cifras aterradoras.


Los hospitales carecían de camas y de personal para atender tanta demanda. Los cementerios no tenían espacio para enterrar a tanto muerto. Se incineraba sin autopsia, sin verificar la enfermedad. Todos morían oficialmente por el covid. Las consultas de los psiquiatras estaban cada día más llenas de pacientes traumatizados por las noticias machaconas sobre el covid. Los niños no podían jugar ni hablar con sus amigos, vecinos o compañeros de clase o de juegos. Y ya con la mascarilla obligatoria no podíamos ni hablar, ni sonreír, ni reconocernos.

Todo medicamento debe ir acompañado de sus instrucciones. Debemos conocer su composición, sus beneficios, sus contraindicaciones… Todo preparado químico tiene su parte buena, para lo que se ha fabricado, y su parte negativa, que habrá que aminorar o contrarrestar a criterio del médico.


VACUNA. Según el diccionario enciclopédico Salvat (de vacuno) es la suspensión en medio líquido de microorganismos o de algunos antígenos atenuados. La mayoría se aplican por escarifican o inyección, o en forma sólida y se toman por ingestión. Existen dos clases de vacunas: las vivas y las muertas. Según se apliquen los microorganismos atenuados o muertos. Atendiendo al medio en que se cultivan los microorganismos se habla de vacunas vivas para referirse a las de virus (ya que no progresan en medios artificiales), y muertas para las de bacterias, por cultivarse estas en medios sintéticos. Las vacunas constituyen un medio preventivo contra las enfermedades, pero no curativo (v. suero). No es recomendable aplicarlas en caso de epidemia o cuando el sujeto ya está infectado, pues contribuyen al aumento de microbios patógenos infectaste. Las vacunas son específicas y únicamente inmunizan contra el antígeno que contienen. Las llamadas polivalentes son aquellas que, por contener varios antígenos, inmunizan contra diversos tipos de microorganismos.

El Covi-19 nos dicen que es una pandemia y que las vacunas no son recomendables aplicarlas en caso de epidemia ¡que me lo expliquen! ¿Por qué las autorizan, las ponen y nos obligan a aceptarlas como única solución? ¿Por qué han dejado morir a tanta gente si se consideró una simple gripecilla? Y una gripe se cura con ocho días de cama, unas pastillas para la fiebre o el dolor de cabeza. Una neumonía o pulmonía con un par de inyecciones de antibióticos, a criterio siempre de un médico.


¿Se ha dejado que una gripe se convierta en neumonía o pulmonía bilateral por no usar un antibiótico y querer aumentar la nómina de contagiados y muertos porque esto aumentaría la contribución?

En las residencias de ancianos los muertos se producían en masa. Mi padre fue una víctima, aunque anterior a esta campaña de virus. Lo pudimos ver a las ocho de la mañana en la cama con la boca abierta al máximo como intentando respirar, con la ventana abierta de par en par, también la puerta, para que se ventilara la habitación permanentemente día y noche, según observamos, y sin suero, sin oxígeno ni atención alguna. Era el mes de enero. La ventana dejaba pasar el viento frío del pico del Teleno… A las ocho de la tarde nos avisan de su muerte. ¡Y así cientos o miles de ancianos! Y en este caso, por si sirve de algo, diré que la residencia estaba a cargo de las Hermanitas de los pobres desamparados. Cuando entraba alguien dentro de esas características decían que no había plaza.


Hoy, cuando la medicina ha mejorado considerablemente y tenemos medios y medicamentos casi milagrosos, a los gobernantes, a los ministros de sanidad y a algunos médicos se les debía caérsele la cara de vergüenza de decir alegremente esas cifras de contagiados y muertos que cada día nos invadían los oídos y nos atormentaban y que han producido cientos o miles de casos de problemas psiquiátricos o incluso suicidios. 


Alguien públicamente, a través de la televisión, se atrevió a decirnos que la vacuna se había hecho tan rápidamente porque urgía demostrando que no tiene la más mínima idea de lo que supone la mezcla de productos químicos hasta conseguir el efecto deseado después de numerosas pruebas primeramente con animales de laboratorio y después con humanos voluntarios. No es cosa de un día ni de meses, pues ha habido vacunas que han costado años de estudio y prácticas. La vacuna contra la viruela huele o lo mismo o muy parecido porque se ponen ese preparado y en muchos casos no causa el efecto deseado, aunque siempre se argumenta que surge una cepa diferente.


Tengo amigos que se han vacunado por la mañana y por la tarde empiezan a sentirse mal, con tos e incluso fiebre. Si las vacunas se consiguieran con esa rapidez seguramente ya tendríamos remedios para muchas otras enfermedades, pero pueden requerir años de estudios y pruebas hasta conseguir el antídoto correcto. 

A veces ha ocurrido que después de estar usándose un medicamento par una enfermedad concreta se observa que causa los efectos contrarios y la OMS ordena retirarlo del mercado y prohibir su uso. La «vacuna» contra el covid ha sorprendido a todo el mundo porque no se supo de pruebas ni experimentos antes de su uso y, además, no surgió una sola marca o laboratorio fabricante, sino cuatro o cinco casi al mismo toque de tambor.

¿Sirve para algo la tan cacareada vacuna? ¿Qué efectos ha provocado la mascarilla? ¿Cuantos traumas ha causado a niños y mayores? ¿Quiénes se han lucrado a cuenta del tengaño y malestar de muchos? 

Es verdad que cada día surgen más enfermedades y estas son cada vez más raras y necesitamos de la química para aminorar los efectos ¿No sería mejor alimentarnos correctamente y de forma más natural? La carne está criada a base de hormonas. Las lechugas con abonos químicos…. Las hierbas no se evitan o se matan con el arado o la azada sino con herbicidas. Ya se sabe que algunos herbicidas, rápidos, efectivos y baratos producen cánceres. Los perros, los gatos, que ahora se alimentan a base de productos envasados, cada día tienen más enfermedades y suelen ser los veterinarios quienes nos los recomiendan y dicen que no les demos comida casar, que es mejor tal o cual marca de piensos. Recuerdo a un médico que trabajó conmigo en el hospital que solía decir que no había que tomar los medicamentos necesarios, sino únicamente los imprescindibles. 


Agustín García Alonso