miércoles, 24 de noviembre de 2021
Los aspectos emocionales tienen gran repercusión en la infancia Mañana, 20 de noviembre, día mundial de la infancia para alertar sobre los problemas de nuestros menores
• Los niños son las principales víctimas de los problemas económicos y familiares,
pero, además, sufren trastornos con repercusión en su estado emocional; su
entorno debe estar alerta a sus necesidades y atenderlas.
• El desconocimiento sobre la enuresis de la mayoría de la gente, incluyendo algunos
profesionales sanitarios, la perpetúa en el tiempo. Las personas que han sufrido
enuresis recuerdan ese periodo con dramatismo y con gran impacto en su carácter.
• Los niños no mojan la cama por vaguería o dejadez, sus causas son producción
incrementada de orina durante la noche (por ausencia de la elevación de ADH que
da lugar a una poliuria nocturna) y una función vesical anormal asociadas a un
fracaso en el mecanismo del despertar.
Madrid, 19 noviembre de 2021.- Cada 20 de noviembre y desde 1954, celebramos
el Día Mundial de la Infancia para llamar la atención sobre los problemas que
afectan a los niños, uno de los colectivos más vulnerables y, en ocasiones, olvidados.
Dependiendo de la zona geográfica, los problemas varían. No obstante, según los
expertos, que nuestro país goce de una situación privilegiada en muchos aspectos,
no implica que nuestros niños no sufran otro tipo de problemas. Así, por ejemplo, la
situación económica tras la pandemia ha mermado los ingresos de algunas familias
con consecuencias para los menores; a ello se unen, en muchos casos, aspectos
emocionales a los que, por ser menores, se atienden menos.
Uno de los trastornos con importante repercusión emocional en los niños y al que los
padres no prestan mucha atención es la enuresis. En palabras del Dr. Juan Carlos
Ruiz de la Roja, Jefe de Urología del Hospital Santa Cristina de Madrid y director del
Instituto Urológico Madrileño, “padres y profesionales sanitarios debemos ser muy
conscientes del gran impacto emocional de la enuresis en niños y adolescentes; todos
aquellos que se orinaron por la noche durante la infancia, recuerdan ese período de
su vida con auténtico dramatismo, ya que por esa circunstancia dejaron de hacer un
montón de cosas propias de la edad y, con frecuencia, reconocen cómo eso les marcó
en su carácter e incluso en su rendimiento escolar. Orinarse en la cama sin darse
cuenta es algo que ningún niño debería sufrir, sobre todo teniendo en cuenta que, si
hacemos un diagnóstico y un tratamiento adecuado, el 100% de los casos se resuelve
fácilmente”.
Mojar la cama por las noches a partir de los 5 años y de manera involuntaria, al
menos 2 veces por semana y durante un período de al menos 3 meses, lo que los
expertos conocen como enuresis, tiene gran impacto emocional en los niños.
Además, se va agravando con el paso del tiempo. De hecho “para los adolescentes
que no han visto su trastorno resuelto supone una de sus principales preocupaciones
ya que entre el 1 y 3% de la población adulta sufre el problema” indica el experto.
La enuresis es una enfermedad muy frecuente, “afecta al 16% de los niños de 5 años,
el 10% de los de 6 años y al 7,5% de los de 10 años de edad” (1) y, aunque la mayoría
de las veces las causas son fisiológicas, muchos adultos del entorno del menor lo
achacan a dejadez o vaguería para levantarse.
“La enuresis tiene origen fisiológico en el 90% de los casos y psicológico en tan solo
un 10% con un importante componente hereditario que hace que el niño no pueda
controlar las pérdidas, mojando la cama de manera involuntaria” indica el experto,
autor del libro ¿Por qué se orinan los niños en la cama?: respuestas de un médico.
Los escapes nocturnos pueden tener distintas causas, “una producción incrementada
de orina durante la noche (por ausencia de la elevación de ADH que da lugar a una
poliuria nocturna) y una función vesical anormal (capacidad vesical reducida,
hiperactividad vesical), asociadas a un fracaso en el mecanismo del despertar ante el
estímulo vesical”, son los factores responsables del episodio enurético. Además de los
factores fisiopatológicos aceptados mayoritariamente, se describen otros factores
asociados, algunos ampliamente estudiados, como son la predisposición genética, los
factores psicosociales, los factores ambientales y otros factores patológicos
(estreñimiento, encopresis, patología obstructiva de la vía respiratoria alta…)
(1)
.
Se asocia, además, a enfermedades más graves como el Trastorno por Déficit de
Atención e Hiperactividad (2)
(TDAH), o la diabetes, de ahí la importancia de su
diagnóstico temprano.
Además del sufrimiento que supone para el niño mojar la cama, “la enuresis provoca,
retraimiento social, baja autoestima, descenso del rendimiento escolar, ansiedad,
inseguridad y malestar, por lo que los niños rechazan actividades propias de su edad
como ir a dormir a casa de familiares y amigos, acudir a excursiones, etc., para evitar
que otros niños conozcan el problema. El desconocimiento que hay entre la población
sobre la enfermedad, incluyendo algunos profesionales sanitarios, supone que este
problema se siga perpetuando en el tiempo y que muchas personas sigan recordando
cómo orinarse en la cama es algo que les gustaría borrar de su memoria”, indica el
doctor.
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