Carta abierta al Gobierno de España y a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica.
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Sirva esta carta, en primer lugar, para manifestar nuestro reconocimiento y agradecimiento por el
enorme esfuerzo que tanto el Gobierno nacional como los Gobiernos autonómicos están realizando
para hacer frente a la grave situación sanitaria y social que la pandemia por Covid-19 está provocando.
La sociedad española ha acompañado este esfuerzo con responsabilidad y solidaridad y ya estamos
constatando resultados esperanzadores en el control de la pandemia, con una reducción muy
significativa tanto de los contagios como, sobre todo, de los fallecimientos por esta causa.
Es hora, por tanto, de comenzar a analizar también el impacto de esta crisis en los desafíos que, no solo
no han desaparecido, sino que se mantienen sin que su “curva” haya descendido. El cáncer no se ha
parado en tiempos de Covid-19. Cada año, más de 279.000 personas son diagnosticadas de cáncer en
nuestro país y más de 112.000 fallecen (una media de 300 personas cada día)1. Este es el segundo
motivo de esta carta y la primera alerta que queremos señalar porque nos preocupa enormemente el
impacto presente y futuro si no reactivamos las capacidades de nuestro país para hacer frente al cáncer.
Es necesario no bajar la guardia ante el reto que sigue suponiendo el cáncer en nuestro país. La crisis
provocada por esta pandemia no ha hecho sino agravar la situación de fragilidadsocial y sanitaria de las
personas con cáncer y sus familias como colectivo doblemente vulnerable, por el cáncer y por el Covid19. Esta es la segunda alerta que les trasladamos. Las personas afectadasy sus familias están viviendo
diversos y severos impactos de esta crisis:
• Impacto sanitario: pruebas diagnósticas y tratamientos demorados, dificultades en el desarrollo de
los cuidados paliativos, necesidad de medidas de protección. Incertidumbre y necesidad de
información.
• Impacto emocional (personal y familiar): problemas de salud mental por el confinamiento y la
soledad impuesta, ansiedad por retrasos en tratamientos y/o pruebas diagnósticas, miedo al
contagio y a volver a los hospitales, sufrimiento ante las dificultades para acompañar y ser
acompañados en el proceso de final de la vida y por el agravamiento de las dificultades económicas
y laborales. Hemos constatado que un 34% de los pacientes de cáncer han sufrido un nivel
significativo de alteraciones emocionales durante el confinamiento2, porcentaje más elevado del
habitual antes de esta situación, y que refuerza la necesidad de proveerles de atención psicológica
especializada.
• Impacto económico-laboral: según datos del Observatorio del Cáncer AECC, de las 100.000
personas en edad laboral que son diagnosticadas de cáncer cada año en España, algo más de 27.000
entraban en riesgo de exclusión3 antes de la crisis provocada por el Covid-19. Además, de la misma
fuente sabemos que, del coste total del cáncer estimado en nuestro país en 19.300 millones de
euros, son las familias las que asumen el 45% de dicho coste (cerca de 8.700 millones de euros)
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